ALGO CURIOSO

Administrador
Aquella mañana un sol sin fuerza mostraba al mundo la crudeza del invierno, el paisaje compuesto por suaves colinas de escasa vegetación, vislumbraba tan solo algunos arboles aislados que mudos testigos de la tragedia se erguian entre las lineas de trincheras,la tierra herida por las explosiones de la artillería habia sido removida de tal forma que no crecía nada sobre ella.
El alambre de espino protegía del avance del enemigo,manteniendo su aspecto amenazador y en su extensión bordeando la primera linea había cosechado los cuerpos de varios infantes que prendían  grotescamente atrapados como muñecos rotos.Resultaba peligroso acercarse para retirar los cuerpos ya que los francotiradores buscaban constantemente hacer blanco sobre el primer desafortunado que tuviera el valor o el despiste de mostrarse por encima de los resguardos.
En la trinchera los soldados permanecian ociosos pero vigilantes ante cualquier asalto y sus ojos mostraban todas las formas humanas del cansancio y del miedo.
Pocos recordaban ya la euforia de los primeros dias de guerra, donde  los desfiles triunfales cubiertos de música patriotica y aplausos acompañaban a los soldados.Eran tiempos de gloria y la aventura vestida de la ignorancia de la juventud acudia en masa a ingresar las filas de los batallones que brillantemente formados se preparaban para el frente.La contienda a lo sumo acabaria para antes de Navidad y nadie pensaba en la muerte como algo cercano a su destino.Una vez descubierta la realidad mas atroz nadie reparaba en ver la esperanza de abandonar el agujero donde se encontraban,tan solo sobrevivir,sobrevivir de forma primitiva para quedar marcados por la experiencia.
Pero incluso en lo mas profundo del horror, el hombre se aferra a la chispa divina que lleva dentro y es asi cuando puede sorprender y marcar una de las mas bellas historias de las que yo tenga conocimiento.
Así fue como en la linea de fuego una nochebuena de 1914, los fusiles dejaron su canción de muerte para dar paso a los cánticos que entonados por soldados y aun en distintas lenguas los unieron en un paréntesis de paz entre tanta desolación.
Me imagino el encuentro una vez perdida la desconfianza a la muerte por el  enemigo y como elevándose por encima de la fría nieve los espíritus atormentados se miraron a los ojos e intercambiaron saludos y regalos.
Soldados que hastiados de la pobreza humana demostraron la posibilidad de unirse y compartir, y fue entonces el hombre como los niños que avidos de juegos después del castigo se entregaron a  la frágil paz que habían construido.Paz en la tierra a los hombres de buena voluntad, no es necesario que sea Nochebuena.

De cine.