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CIENTÍFICOS ESPAÑOLES LOGRAN ELABORAR UN PAPEL MÁS BLANCO Y MENOS CONTAMINANTE

Científicos del Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA) han logrado obtener pasta de papel de mayor blancura y de la misma calidad que la fabricada mediante los sistemas químicos convencionales.

Efe
Los investigadores españoles han desarrollado un método de blanqueo de pastas que utiliza unas sustancias naturales: las enzimas de un microorganismo, con lo que se consigue una reducción en la cantidad de contaminantes generados, han informado en un comunicado conjunto el INIA y el Ministerio de Ciencia e Innovación.

Los métodos químicos convencionales para blanquear pastas de celulosa utilizan reactivos costosos o compuestos clorados que se caracterizan por la emisión de sustancias tóxicas y difíciles de eliminar del medio ambiente.

Con este nuevo método, es posible disminuir el uso de otros productos perjudiciales o que tienen un coste elevado para la industria, como el peróxido de hidrógeno.

Las enzimas utilizadas, denominadas lacasas fúngicas, proceden del hongo Pycnoporus sanguineus y actúan eliminando la lignina, una sustancia que le da el color pardo a la madera, sin alterar otros componentes beneficiosos como la celulosa, responsable de la resistencia del papel.

El estudio, publicado recientemente en la revista Bioresource Technology, refleja que el producto elaborado con este método no pierde calidad en cuanto a propiedades mecánicas.

Además, la blancura del papel mejora hasta un quince por ciento respecto a su homólogo obtenido sin enzimas.

Por otro lado, aunque el nuevo procedimiento es más ecológico porque disminuye el uso de reactivos, y por tanto la emisión de contaminantes, los autores señalan que las etapas químicas no se pueden sustituir totalmente.

"Las enzimas ayudan al proceso, pero no tanto como para emplearlas sin esos productos. Por eso actualmente las investigaciones se centran en el uso de las enzimas como pretratamiento para conseguir blanquear la pasta del papel", afirma María Eugenia Eugenio Martín, coautora del estudio e investigadora del Centro de Investigación Forestal (CIFOR), perteneciente al INIA.

Sobre la posibilidad de utilizar esas enzimas en la industria papelera, los científicos señalan que son eficaces a altas temperaturas lo que facilitará su implantación dentro de las secuencias industriales de blanqueo.

Para ello, "primero habrá que evaluar si el coste añadido por la introducción de una etapa más al ciclo de blanqueo compensa al ahorro total de reactivos químicos", concluyen.

En la investigación también han participado Sara María Santos, Jose María Carbajo, Juan Antonio Martín, Raquel Martín-Sampedro y Juan Carlos Villar, del laboratorio de Celulosa y Papel del CIFOR, y Aldo Enrique González, del Centro de Investigaciones Biológicas del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
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UN PESTICIDA COMÚN AMENAZA CON EXTINGUIR A LOS ANFIBIOS

La atrazina, el pesticida más común del mundo para combatir las malas hierbas en los cultivos agrícolas o los campos de golf, convierte en hembras funcionales a los machos de algunos anfibios o les provoca una castración química, lo que amenaza con extinguir la especie.

Efe
 
La atrazina, el pesticida más común del mundo para combatir las malas hierbas en los cultivos agrícolas o los campos de golf, convierte en hembras funcionales a los machos de algunos anfibios o les provoca una castración química, lo que amenaza con extinguir la especie.

Así lo afirma un estudio de la Universidad de California y varios centros de investigación biológica estadounidenses, publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) y en el que se describen las consecuencias de la exposición a la atrazina en las ranas de uñas africanas (Xenopus laevis).

En el estudio, el diez por ciento de las ranas macho expuestas a ese pesticida desarrollaron funciones reproductivas propias de las hembras, lo que les permitió aparearse y producir huevos viables, explican los investigadores.

Sin embargo, al tratarse genéticamente de machos, sólo pueden tener descendencia masculina, lo que a la larga puede conducir a la extinción de la especie, dijo a Efe el doctor Tyrone Hayes, uno de los autores del estudio.

La atrazina está prohibida en la Unión Europea, pero es el pesticida más utilizado en el resto del mundo.

Durante el estudio, se compararon 40 ranas macho normales con otros tantos machos criados desde la salida del huevo hasta su plena maduración sexual en una concentración de atrazina similar a la que reciben durante un año otros animales en zonas en las que el pesticida está por debajo de los niveles permitidos en el agua potable en EEUU.

El 10% de los machos afectados por la atrazina se convirtieron en hembras funcionales que se aparearon con otros machos y produjeron huevos viables.

Los investigadores observaron en los machos una caída en los niveles de testosterona, una reducción del tamaño de la glándula reproductiva, un descenso en la cantidad de esperma producido y en el índice de fertilidad, además de una supresión de la práctica sexual.

Aunque ya se habían observado cambios endocrinos en otros vertebrados, como peces, reptiles o pájaros debido a este pesticida, la sustancia parece afectar sobre todo a los anfibios, según el estudio.

Sólo en Estados Unidos, cada año se utilizan aproximadamente 36.320 toneladas de pesticidas, entre las que destaca la atrazina, una sustancia que puede ser transportada por la lluvia a una distancia superior a 1.000 kilómetros desde el lugar en el que se empleó
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UN CONGELADOR GIGANTE MANTIENE A SALVO UN FONDO DE SEMILLAS DE TODO EL MUNDO

La creciente inquietud por la seguridad del suministro alimentario ha impulsado a un grupo internacional de científicos a almacenar y conservar importantes colecciones de diversos cultivos en la Bóveda Global de Semillas de Svalbard (o Bóveda del fin del mundo), una reserva de semillas con sede en Noruega. Su finalidad es prevenir la posibilidad de que se produzca una escasez de alimentos que reduzca la biodiversidad de cultivos existentes y, en último término, colapse la producción mundial de alimentos.



Cordis
 
 
La creación de este gigantesco almacén situado en el archipiélago noruego de Svalbard es obra de Global Crop Diversity Trust, una entidad con sede en Italia y constituida por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y el instituto de investigación Bioversity International. Según fuentes de dicho Trust, con las últimas incorporaciones se ha superado el medio millón de variedades de semillas conservadas en la Bóveda.

"La noticia de haber superado la cifra de medio millón inspira sentimientos encontrados porque, aunque resalta que la Bóveda de Svalbard se ha erigido en el 'patrón oro' de la diversidad, se produce en un momento en el que la estabilidad de nuestros sistemas agrarios pende de un hilo", explicó el director ejecutivo del citado Trust, el doctor Cary Fowler. La Bóveda tiene capacidad para alojar 4,5 millones de semillas.

La ubicación de la Bóveda, en las entrañas de la montaña Plataberget de Svalbard, es un factor fundamental, puesto que el permafrost del lugar favorece la conservación de los depósitos de semillas y la actividad tectónica es baja.

La Bóveda contiene semillas procedentes de todas partes del mundo, por ejemplo un resistente tomate rosa de Alemania, una variedad rara trasladada hasta Iowa (Estados Unidos) en 1883 por un inmigrante bávaro. Éste era el abuelo de uno de los fundadores de Seed Savers Exchange, una organización sin ánimo de lucro con sede en Estados Unidos que conserva y difunde especies hortícolas raras y que ya ha remitido más de cuatrocientas muestras a la Bóveda.

Ésta contiene también una especie de fresa muy valiosa venida de las faldas del volcán Atsonupuri, en la zona sur de las Islas Kuriles (Rusia), tan sólo 150 kilómetros al noreste de Hokkaido (Japón), y también un tipo de alubia silvestre sudamericana.

Esta alubia, llamada Phaseolus costaricensis, parece ser resistente a la podredumbre blanca (Sclerotinia sclerotiorum), que ataca a variedades de alubia cultivadas comúnmente y que constituyen un elemento básico de la dieta en Sudamérica.

"Esta alubia resistente a patógenos fúngicos es un caso destacable que resalta la necesidad de recoger y conservar no sólo cultivos, sino también sus parientes silvestres", comentó el doctor Daniel Debouck, jefe de la unidad de recursos genéticos del Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT, Colombia), que hasta ahora ha enviado a la Bóveda noruega 3.837 variedades de cultivo de 75 países.

La amplísima gama de cultivos ya protegidos en estas instalaciones de Noruega y también en otros almacenes de semillas del resto del mundo "es fundamental para que los agricultores de todo el planeta se adapten al cambio climático", declaró el doctor Fowler, que fue profesor en la Universidad de Ciencias de la Vida de Noruega.

Los estudios más recientes sobre cultivos y agricultura indican, entre otros hallazgos, que la producción de maíz podría menguar un 25% o más en África antes de 2030. De cumplirse, este acontecimiento podría desestabilizar al conjunto de África y seguidamente provocar una crisis alimentaria de proporciones mundiales. Por ello los expertos en la materia opinan que los fitogenetistas deben desarrollar variedades resistentes al calor y la sequía sin demora.

"Si los cultivos y la agricultura no se adaptan al cambio climático, tampoco lo logrará la humanidad", advirtió el doctor Fowler. "Pero para facilitar el trabajo a los agricultores, los fitogenetistas precisan acceso a la mayor diversidad genética posible, con el fin de proteger el vigor y la productividad de los cultivos frente a alteraciones climáticas".

Por su parte, el doctor Debouck señaló: "Ya hay fitogenetistas trabajando con denuedo para averiguar si la alubia silvestre se puede cruzar con variedades cultivadas y, de este modo, evitar lo que sería una interrupción problemática de la producción de alimentos".

Por último, el doctor Fowler aseveró: "Svalbard contiene una 'copia de seguridad' infalible a la que podrá recurrir cualquier banco de semillas emisor si pierde sus reservas o parte de ellas, pero antes de nada debemos dedicar los mismos esfuerzos a prevenir catástrofes. Los bancos genéticos de cultivos son nuestro mecanismo de defensa primordial y más eficaz, pero cabe la posibilidad de que algo tan simple como el fallo de un congelador eche a perder un almacén que podría resultar indispensable para impedir una crisis alimentaria dentro de diez años".

Global Crop Diversity Trust colabora con el gobierno noruega. La Bóveda, cuya construcción tuvo un coste superior a los 6 millones de euros, es administrada por el Nordic Genetic Resource Center, situado en Suecia.
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