ALGO CURIOSO

Administrador

Las colas no eran demasiado largas y cuando llegue a la taquilla pude apreciar el motivo,pero que quieren que les diga, soy uno más en esta voragine de humanidad que vamos detras el uno del otro para encontrarnos la dura realidad que nos pone a tono con la escasez de nuestra cuenta corriente.A pesar de ello el dia marcaba visita cultural y a pesar de su coste adquirimos las entradas.
Una vez en el cielo prometido al cual se accede por el módico importe, se despliega ante nuestros ojos el maravilloso mundo de las profundidades marinas, que contenido de forma cristalina nos muestra la riqueza de la fauna, y al ver la mezcla de tanto pez uno se pregunta como logran los artificies de tal universo que convivan tan ordenadamente, parece que todos respetan al vecino ya sea tiburón o simple sardina, incluso la morena tan terrorifica con el amigo Coustof,aqui se muestra como un simple pececillo dejado de caer sobre la roca que le da cobijo.
Vigilan bien los guardianes de tal maravilla que no alteremos su tranquilidad y salvo los gritos de horror de algun chiquillo al que el tunel de agua, donde le han introducido sus padres le parece la película de la sirenita en sus momentos mas tristes, es todo exclamaciones de sorpresa.
Vamos que el único que falta es el capitán Nemo con su Nautilus.
Despues de ver pinguinos,morsas, algun delfin que otro haciendo cabriolas y no se que bichos más va llegando el final de la visita, derrotado como marinero que tras la tormenta busca puerto que le cobije de sus penurias, me desplomo en un banco para reponer mis cansadas piernas de la travesia de tanto mar y ya marinero en tierra busco los restos de mi tripulación que van llegando a lo lejos, con la expresión de no querer ver más peces durante un buena temporada.Termina la visita y vamos diciendo adios al paraiso marino para adentrarnos en la circulación viaria de la gran ciudad donde las luces van tomando el relevo del astro solar, y en la carretera, con los mil domingueros que se diriguen a sus moradas emprendemos la vuelta al hogar, por el camino observamos un accidente sin importancia, sin heridos, un leve alcance y pienso en los ordenados peces y como algunos son mas inteligentes que los dos vociferantes conductores que se increpan por echarse la culpa uno al otro.

De cine.