Todavía lo veo partir alejándose en la barca de remos, solitario pero feliz de encontrarse en libertad a la que ama mas que a ninguna otra cosa,va entonando la canción del pirata y con animo alegre se va alejando de mi niñez,personaje imaginario pero no por ello mas vivido en mis primeros libros ha surcado los mares conocidos y con su bandera pirata ondeando en el mástil del recuerdo me trae las memorias de la aventura.


Se mezclan con el Moby Dyck, el corsario negro o Robinsón Crusoe y todos ellos saludan desde las paginas de mi infancia patrimonio de días donde nos identificabamos con sus sorprendentes historias y cada relato nos transportaba a un universo en el que al final se hacia justicia dejandonos el gusto por lo caballeresco y las ansias de emprender largo camino hacia mundos desconocidos.


Sus libros me enseñaron a amar la lectura y hoy figuran depositados en mi librería mezclados con otros volúmenes que reposan tranquilos quizá sabiendo que a pesar de que hoy forman parte de la decoración de mi casa,en su día cumplieron bien la misión y que la nueva generación que ávidos ahora de juegos en tres dimensiones un día volverán a abrir sus paginas para adentrarse en el universo de la ilusión.

Enarbola viejo pirata esa sonrisa burlona que aunque desposeído del tesoro y de la Hispaniola con su tripulación capturada ,no deja escapar el mayor de sus triunfos,mientras la voz aguda del capitán Flint reclama piezas de a ocho,piezas de a ocho.